La épica de Arrakis está de vuelta y más grande que nunca. “Dune: Messiah” ya está en producción y esta vez la cámara no se aventura tímidamente: se ha optado por grabar en formato IMAX, colocando el proyecto en un nivel técnico bajo la lupa de los cinéfilos más exigentes. El regreso de Paul Atreides y su reinado en Arrakis llega con una puesta en escena que promete llevar la experiencia cinematográfica a límites visuales que pocos blockbusters alcanzan.
Desde el principio, la decisión de usar cámaras IMAX no es solo un alarde técnico: es una apuesta creativa por la inmersión absoluta, donde cada grano de arena y cada suspense en los desiertos de Dune tendrán el potencial de sentirse en toda su magnitud.
Por qué IMAX es clave para la secuela
En la primera entrega, la utilización de pantallas amplias y calidad premium ya hizo puntos de inflexión, pero “Messiah” va un paso más allá. Las cámaras IMAX capturan una mayor resolución y una profundidad visual que se aleja del CGI plano, lo que permitirá ver detalles de cierras, reflejos en los ornamentos y texturas del traje de Paul como nunca antes.

El equipo ha llevado su ambición al límite: utilizar carcasas especiales en locaciones naturales y desiertos reales, donde la luz y la arena giran bajo la tormenta, provocando desafíos como mantener lentes libres de partículas y proteger el sensor durante tomas largas. Cada plano será tan compacto como un cuadro de pintura.
Anécdotas del rodaje en plena tormenta de arena
Durante una de las primeras jornadas en locación, el equipo enfrentó una auténtica tormenta de arena. Hubo que reprogramar el rodaje en varias ocasiones porque la arena apenas permitía enfocar. Un miembro técnico del departamento de cámara recordó que tuvieron que filmar con mascarillas selladas y lentes de repuesto cada media hora para evitar el desgaste.
Sin embargo, esa misma tormenta aportó tomas que quedarán en la memoria por su brutal realismo emocional. Según fuentes del rodaje, Timothée Chalamet improvisó un monólogo silencioso mientras los granos golpeaban su traje, una escena que fue captada de forma espontánea y quedó como uno de los momentos más poderosos del trailer.
Un enfoque cinematográfico que busca la inmersión total
No es casualidad que “Messiah” recurra al IMAX para resaltar sus grandes escenas interiores. El plan es llevar la sensación a lo sensorial, de manera que el espectador sienta la presión del consejo imperial o la tensión política entre las casas bajo el rugido del palacio. Detalles como el roce del traje mentat o los reflejos del trono se convertirán en un elemento narrativo más.

La elección de filmar así también ha tenido impacto en cómo se planean las escenas: las tomas son más largas, con movimientos de cámara más lentos y estilizados, buscando construir momentos de tensión pura. El director Denis Villeneuve parece decidido a fusionar espectáculo visual y detalle emocional sin concesiones.
Expectativas: una experiencia que va más allá del cine
Desde que se confirmó esta producción en IMAX, en redes y foros de fans se ha disparado la expectación. Muchos esperan que “Messiah” lleve a “Dune” a un nivel cinematográfico que acompañe a las grandes epopeyas como “Lawrence de Arabia”, donde cada plano cobra una carga emocional que trasciende la pantalla.
La decisión técnica se suma a un casting consolidado y a una historia que ahora explora el costo del poder, la carga emocional de la política y la evolución de Paul Atreides como figura mesiánica. La película podría enfrentarse a desafíos narrativos fuertes, pero la apuesta visual —bien ejecutada— es el primer paso para infiltrarse en la cultura cinematográfica como uno de los grandes estrenos de 2026.
«Dune: Messiah» nació con ambición desde el guion, y con la decisión de rodar en IMAX nos ha dejado claro que seguirá persiguiendo ese mismo objetivo: una experiencia que llegue al cuerpo, la mente y el asombro. Si todo lo que escuchamos y vemos se confirma, nos espera un espectáculo tan sensible como visualmente imponente.

