La escena en la película Crepúsculo de los Cullen jugando béisbol durante una tormenta no solo rompió el molde del cine romántico, también desató debates eternos entre fans y críticos. Ambientada en un bosque bajo tormenta, con cámara lenta y la canción “Supermassive Black Hole” retumbando de fondo, aquel instante se pensó como un momento de estilo, pero terminó en frustraciones técnicas y comentarios de castigo que aún retumban en redes.
Vampiros lanzando home runs y miedo a mojarse en Crepúsculo

Durante la filmación, el equipo se enfrentó a un clima imprevisible. La tormenta que buscaban resultó demasiado intensa y hubo que parar el rodaje en varias ocasiones porque la lluvia arruinaba el maquillaje y el sonido. Para solucionarlo, alguien sugirió poner gorras a los actores, y así evitar que el agua estropeara los looks. Una decisión que cambió por completo el resultado visual de la escena.
El actor que encarnaba a Carlisle confesó sentir preocupación: “no sé si alguien verá esta película”, decía mientras se cubría con una gorra improvisada. Había dudas sobre si aquello pasaba de ser una frikada o se convertiría en algo memorable. Al final, aquella mezcla de filtros azules, técnica al ralentí y tormenta resultó en un momento tan extraño como hipnótico.
Detrás del encanto de Crepúsculo: improvisaciones, CGI y bromas del reparto

La escena no fue solo visualmente llamativa; contó con momentos reales de improvisación. Uno de los vampiros mezcló el béisbol con figuras de arte con el bate, y eso no era parte del guion: fue una ocurrencia fresca que terminó en pantalla. Su peculiar giro con el bate se convirtió en una acción tan comentada que algunos fans creen que fue generada por ordenador, pero el actor lo hizo realmente.
También recurrieron a efectos digitales para mostrar la pelota moviéndose a velocidades sobrehumanas. En algunos planos la pelota real fue sustituida por una pelota transparente en postproducción para enfatizar ese efecto ultra rápido. No fue error ni falta de previsión, fue una elección técnica para reforzar la idea de fuerza vampírica.
Reacciones extremas: de hilaridad a nostalgia viral

Con el tiempo, ese fragmento de Crepúsculo se ha mantenido memorable. Hay fans que lo aman por su rareza y otros que lo consideran un exceso innecesario. En redes, muchos celebran comentarios como: “quiero un spinoff solo de los Cullen jugando béisbol”, mientras otros lo califican de escena cómica con tintes cringy. Un grupo lo describió como “la parte más divertida de la saga” y otro recordó cómo gritó “¡¿qué coño estoy viendo?!” al verla por primera vez.
La escena también ha generado curiosidades recurrentes. Como el debate sobre lo oscuro que parecía el bosque con tormenta, o por qué un grupo de vampiros tendría que jugar a algo tan humano en medio de una tormenta. Todo eso le da sabor y vida a un momento que podría haber pasado desapercibido, pero no lo hizo. Al contrario, lo elevó a estética pop cultural.
De indie experimental a clásico delirante

Cuando la película se estrenó en 2008, costaba imaginar que aquello sería un éxito de más de 400 millones de dólares a nivel mundial. La saga terminó generando más de 3.000 millones de dólares y se convirtió en un signo de cultura juvenil. Todo eso después de esa secuencia excéntrica en el bosque.
Curiosamente, Crepúsculo se rodó con una filosofía propia de cine independiente: presupuesto ajustado, experimentación constante y actores hablando libremente entre tomas. Entre una escena y otra sonaban chistes sobre ser vampiros con gorras y grabando béisbol en la lluvia. Hoy, ese momento es celebrado por su osadía y se ha vuelto referente de reuniones de fans, maratones en TikTok y viajes a Forks, Washington, donde los paisajes recuerdan al film.
La jugada de incluir esa escena fue valiente. No solo introdujo ritmo, música y vampiros haciendo algo inesperado, sino que también creó momentos de risa, análisis y fandom. Al día de hoy sigue siendo un fragmento de la gran mezcla que es “Crepúsculo”: una combinación de romance, oscuridad, extrañeza y viralidad. Y aunque algunos lo vean como un error, otros lo consideran el latido único de una saga que jamás pasó desapercibida.